Ella quiso quedarse allí. Volamos sus cenizas sobre el mar, en la cala de Las Negras, y no quiero evitar el sentir que está en cada ola.
Volando sobre el mar
te vi la última vez,
te fuiste y regresaste
para siempre.
Volando sobre el mar
y rompiendo en rocío
sobre el cerro en la tarde,
haciéndote perpetua:
agua, ceniza y sal,
aerosol infinito,
última tempestad
fuiste en el océano.
Cuando miré la espuma
te imaginé mirándonos y viéndonos,
acercándote y yéndote,
en la ola, a la tierra,
penetrando en la arena,
en el recuerdo gastado de las piedras,
asiéndote a la playa
de nuestros corazones.
Cuando miré, sin ver, el horizonte,
te imaginé a mi lado:
yéndote en el silencio
y regresando en mi boca para siempre.
© josemaría-marzo 2003
Es un placer leerte tras tanto tiempo,la casualidad me trajo hasta aquí y sería
ResponderEliminardescabellado para el sentir de mi alma
pasar por estos versos y no dejarte estos otros,
escritos con todo el amor que siempre me fue posible.Gracias.
COMO UN SOPLO DE TIEMPO
A Antonia y Pedro
que por estas fechas cumplirían 45 años.
Gracias a Silvio por los préstamos.
'En estos días'
se cumplen 30 años de aquella tarde
en que fuimos como locos desesperados
a la desaparecida Radielec
para que el Pepe nos vendiera
aquel disco de portadas verdes
con el busto de Silvio.
Se cumplieron 30 años
de aquella hora en que pasaste
y te quedaste en camisa, con el sol /imaginándote,
ante mi detenida en el misterio del amor
y ya fue imposible no amarte
y ya no supe olvidarte,
y ya no quise perderte.
Tenías tan sólo 15 bellísimos años
y yo andaba por los 19 de inmadurez,
una sombra alimentada de angustia y miedo,
una especie de moribundo que apostó
entre todas las suertes del universo
a resucitar jurándote amor eterno.
De golpe, como tormenta de verano,
nos empapamos de un universo propio
que corría por las líneas de las manos,
entre besos furtivos de jazmín y rosas
que se apropiaron de aquellas notas
como si fueran una segunda piel.
Nos supimos desnudos
con urgente vigencia para el futuro,
cuando el reloj de las mudas
como 'mordida de pantera'
bebía del abismo de la espera
entre el lamento y la duda.
En la pubertad de razones inacabadas,
despertares de misterios inasibles,
como el truco de un mago sublime
te convertiste en el por qué de todos los /logros,
en la repetida cantinela 'de noches sin amigos
haciéndome el triste, haciéndome el lobo'.
Veladas de trasnochar con mi hermano
entre la ruleta y los dados,
apurando la madrugada sin abrigo
para salir a recorrer las calles
buscando café y tabaco,
entonando 'Qué hago ahora contigo?'.
Treinta años de amores primeros
como 'miradas que no se quedaron'
que pasaron en un soplo de tiempo,
lágrimas como dagas al descubierto,
cumpliendo promesas que un día firmamos,
ofrendas de amor inmortal, un para siempre
al que aún le duele que halláis muerto.
'En estos días'
se cumplen 30 años de aquella tarde
en que fuimos como locos a comprarnos
ese disco de portadas verdes
con el busto de Silvio en mirada sombría
que empezaba con un estremecer de 'Mujeres'
y terminaba en el eco de 'Y nada más'.
25 Septiembre 2009
Gracias Jose,
Un abrazo, Alberto