El miedo que atenaza las articulaciones,
el miedo que retrae el diafragma
hasta la boca,
el miedo que relaja los esfínteres
y nos hace fluir hacia las cloacas,
el miedo, el miedo
a lo distinto,
a soñar,
a la verdad,
el horror de sabernos inmortales.
Miedo:
¿qué dejaremos a nuestros hijos?
©josemaría-febrero 2012