sábado, 14 de abril de 2012

recuerdo aquella cama tendida a ras de suelo (de celos)

Recuerdo aquella cama, tendida
a ras de suelo,
sin protección alguna
ante el temblor del miedo
                     y de los días,
ante la necedad
de aquellas lunas;

besos, 
      versos 
             y dudas

añadieron un armazón
                     amargo
con el que sucumbimos
a las traiciones
y el tiempo, suspendido,
nos engañó;

luego fueron los cuerpos adaptándose
a ese largo silencio de la tarde;
depositaron cenizas y suspiros
esas lluvias constantes,
                     amnésicas,
convirtiendo los llantos
en barros de otras camas.

La soledad no olvida;
puestos los nombres
detrás de las palabras
parecen hasta cálidos,
                      humanos,
pero solo son piedras que
aún golpean
los esqueletos blancos
                      de mi memoria.


                                  ©josemaría-abril 2012

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