sábado, 21 de abril de 2012

otro hombre joven murió ayer


Leerme de viva voz
tus gestos y tus ojos,
amparar mi palabra
en tu gélida boca:
que se conserve intacta
a través de  los lapsos
                    silentes
del pasado.

Sueño de vez en cuando
que aún conservo tus versos
                    álgidos       
en mis manos:
siento como si el aire
traspirara
la inercia de la piedra
regresando del limbo
al que conduce la sensatez siniestra.

Golpearme y saber
que nadie me responde;
verteré al muladar
el cadáver helado que me acompaña:
no volverá la muerte
a romper mi garganta.

                             ©josemaría-abril 2012

sábado, 14 de abril de 2012

recuerdo aquella cama tendida a ras de suelo (de celos)

Recuerdo aquella cama, tendida
a ras de suelo,
sin protección alguna
ante el temblor del miedo
                     y de los días,
ante la necedad
de aquellas lunas;

besos, 
      versos 
             y dudas

añadieron un armazón
                     amargo
con el que sucumbimos
a las traiciones
y el tiempo, suspendido,
nos engañó;

luego fueron los cuerpos adaptándose
a ese largo silencio de la tarde;
depositaron cenizas y suspiros
esas lluvias constantes,
                     amnésicas,
convirtiendo los llantos
en barros de otras camas.

La soledad no olvida;
puestos los nombres
detrás de las palabras
parecen hasta cálidos,
                      humanos,
pero solo son piedras que
aún golpean
los esqueletos blancos
                      de mi memoria.


                                  ©josemaría-abril 2012