jueves, 23 de febrero de 2012

sin atreverme a titularla

El miedo que atenaza las articulaciones,
el miedo que retrae el diafragma
                        hasta la boca,
el miedo que relaja los esfínteres
                        y nos hace fluir hacia las cloacas,
el miedo, el miedo

a lo distinto,
a soñar,
a la verdad,

el horror de sabernos inmortales.

Miedo:

¿qué dejaremos a nuestros hijos?


                               ©josemaría-febrero 2012

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